Bienvenidos a este espacio donde mis obras de arte dan cuenta de un tiempo, una construcción, un discurso, un contexto y sobre todo de una necesidad ininteligible de aprehender algo de luz para seguir avanzado por el túnel sombrío de la existencia...




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Machirí en equilibrio

Machirí en equilibrio
Escultura emplazada en la Av. Marginal del Torbes en la redoma de Puente Real. Como parte del proyecto "San Cristóbal Escultórica" impulsado por la Gobernación del Estado Táchira y desarrollado por Corpointa. Inaugurada en diciembre de 2014. Autor: Oscuraldo / Técnica: hierro, piedras y cemento / Medidas: 450 x 240 x 111 cm

jueves, 22 de septiembre de 2011

La Expansión de la pintura

El otro día, mientras estaba acostado en el piso del taller, esperando a que una capa de materia que le había echado a un cuadro se secara, me di cuenta de lo manchado y curtido que estaba el piso, eran capas y capas de materia pictórica que se habían acumulado durante años y generaban una textura caprichosa de color grisáceo. Lejos de parecerme feo me pareció interesante, pues ese piso manchado era un testimonio de trabajo, de vida, de tiempo, historia...
Al fondo, recostado sobre unas tablas y puesto directamente sobre el piso se encontraba un cuadro recién acabado y me di cuenta que al contacto con el piso su formato o sus límites se expandían, se fundía con el piso por estar hechos de la misma materia, más aún; de la misma esencia. Fue entonces cuando visualicé ese piso manchado como una gran obra de arte. Me quedé un buen rato recorriéndolo con la mirada y de pronto, en ese proceso de reconocimiento y de contemplación, la mirada subió por las paredes y descubrí montones de objetos igualmente curtidos; una silla manchada, potes de pintura chorreados, acumulaciones de material dignas de un planteamiento tridimensional contemporáneo, desechos recogidos de la basura o de la calle que se apilaban esperando su turno de formar formalmente parte de una obra de arte cuando desde el momento mismo en que decidí guardarlos para ello por reconocerles algún atributo o propiedad estética ya había iniciado su transformación o por lo menos su resemantización, pues al verlos desde otra perspectiva y apreciarlos no por lo que son sino por lo que podían ser o significar ya iniciaba su transmutación. De esa manera entendí que la pintura nunca ha estado contenida en lo que llamamos formato, que su naturaleza es totalmente transgresora, no reconoce límites ni fronteras, no pide permiso y avanza con tanta estrategia que parece usar al artista como medio cuando se supone que es al contrario. En ese descubrir “la expansión de la pintura” me asombré cuando vi que subía por mi ropa. Mis zapatos ya eran parte de su territorio, los pantalones, la camisa y más sorprendente aún, ¡¡MI PIEL!! Sí, mis manos estaban curtidas, eran pintura, eran arte, me vi envuelto o devorado por un monstruo de mi autoría al que había ido alimentando a través del tiempo. Temiendo por mi libertad corrí a refugiarme en un búnker al que el arte no tendría acceso, en el que podía ser íngrimamente yo, era una trinchera o facción de libre albedrio donde la pintura no me alcanzaría, ese lugar era mi mente. Si usted está leyendo este texto, producto de mi mente, notará que habla de pintura, eso quiere decir que he sido vencido, creo que ya ni mi alma, ni mi espíritu se encuentran a salvo, he sucumbido al arte en una batalla que definitivamente hay que librar para perder.

Oleusbus

Oleusbus
vista general de la exposición / Museo del Táchira / Octubre-noviembre 2013

Oleusbus

Oleusbus
Vista general de la exposición / Museo del Táchira / Octubre-noviembre 2013