Bienvenidos a este espacio donde mis obras de arte dan cuenta de un tiempo, una construcción, un discurso, un contexto y sobre todo de una necesidad ininteligible de aprehender algo de luz para seguir avanzado por el túnel sombrío de la existencia...




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Machirí en equilibrio

Machirí en equilibrio
Escultura emplazada en la Av. Marginal del Torbes en la redoma de Puente Real. Como parte del proyecto "San Cristóbal Escultórica" impulsado por la Gobernación del Estado Táchira y desarrollado por Corpointa. Inaugurada en diciembre de 2014. Autor: Oscuraldo / Técnica: hierro, piedras y cemento / Medidas: 450 x 240 x 111 cm

martes, 5 de noviembre de 2013

Desde el Borde al Vacio y la Devoración

A finales de octubre y principios de noviembre se celebró en San Cristóbal, Estado Táchira el seminario Bordes en el cual muchos pensadores de distintas áreas opinaron y disertaron sobre el vacío y la devoración. Como artista plástico exploré el tema con la siguiente aproximación: En tiempos donde los mass-media promulgan todo lo contrario a expandir los límites del conocimiento causando deliberadamente un efecto de sedante colectivo, que lejos de avivar busca condicionar y neutralizar por no decir devorar, resulta significativo el estudio de las actuales prácticas artísticas, entendiendo que el arte es reflejo de su tiempo y que evidencia o pone de manifiesto las características fundamentales de la tendencia social o el contexto de donde emerge. Teniendo en cuenta lo anterior vemos como algunos sectores de las artes contemporáneas con todos sus componentes (artistas, instituciones culturales, críticos, mercado del arte y público), establecen una relación peligrosa con “el vacío” en tanto vacuidad, fatuidad y no en su sentido filosófico como camino hacia un pensamiento profundo. En la iconofagia desatada por los mass media en complicidad con el mercado, la producción de imágenes y su respectiva devoración se tornan en vorágine. Vivimos una sociedad que acaricia un proyecto de globalización signado por el capitalismo que tiene como brazo armado al mercado y las armas de este son, a través de lo publicitario, las imágenes, estas golpean a diario y sin cesar al gran colectivo que no tiene tiempo de saborearlas o degustarlas y se ve obligado a tragar, a devorar. De este torbellino planetario no escapa el arte contemporáneo, y parte de él no solo no quiere escapar, sino que milita y forma parte de él, lo impulsa gustoso, seducido obviamente por la mercantilización y los estatus que el mercado puede ofrecer a través de mecanismos como exposiciones bien publicitadas, subastas, ferias internacionales de arte, concursos y premios, residencias artísticas, publicaciones de lujo y todo ello dando como resultado posicionamiento en el mercado (el arte como producto de consumo) y legitimación. ¿Cómo aparece el vacío en este panorama convulso? Observamos en el vacío dos aristas, dos acepciones, dos caras, que si bien pueden tener fluctuaciones constantes, de la una hacia la otra, tanto por la naturaleza dinámica y cambiante del arte como por lo igualmente dinámico y cembiante del contexto social, resulta pertinente diferenciarlas para poder analizar su incidencia en el campo cultural. Conscientes del matiz maniqueísta implícito en esta distinción, consideraremos un vacío hermoso y necesario y otro pernicioso y peligroso, el segundo va en detrimento del primero. La cara hermosa es la que permite que un artista plástico manipule el vacío como elemento conceptual, que entra en el juego de la composición, el vacío de la superficie, del espacio, el vacío siempre considerado al momento de la creación. Ese vacío de la filosofía oriental que ha estado muy presente en toda la modernidad y que no suponía carencia sino un elemento más que constituye y enriquece el ser, la obra, el arte, la existencia. Dada la importancia del vacío para el arte también ha resultado una estética del vacío que actualmente se desarrolla en tres estadios del conocimiento, estos son; arte, filosofía y sicología. Nos interesa particularmente la del arte, que se inicia en la modernidad con planteamientos muy específicos provenientes de las vanguardias como el suprematismo y el constructivismo que intentaban una aproximación a la espiritualidad y al silencio, buscando en ello una armonía o un equilibro entre lo que es y no es. La otra cara del vacío que inunda al arte contemporáneo (esta es la forma que consideramos peligrosa) emerge de un conceptualismo desbocado y celebra la desaparición del símbolo. Si algo de hermoso y profundo tiene el arte es su capacidad de simbolizar y el arte contemporáneo, no todo, pero si una facción bastante visible, ha optado por una estética de la ocurrencia, de la fatuidad, de lo obvio, de lo que impresiona de momento y luego pierde la gracia, de lo sensorial por lo sensorial: de la carencia. Ese vacio que afecta al arte contemporáneo constituye la pérdida de la tradición, lo cual ya es bastante significativo, es como asistir a la legitimación del olvido y ello se debe muy probablemente a esa característica de la posmodernidad que es la adicción a la novedad o el esnobismo exacerbado que la contemporaneidad está haciendo suya adornándola con galimatías pomposas para que pase como algo ininteligible cuando la retórica no puede convertir un objeto cualquiera en algo profundo y trascendente como si se tratara de un acto de transmutación. Sí hay un arte contemporáneo comprometido con su discurso, donde obra y concepto son una unidad homogénea y compacta, pero hay otro del cual es necesario sospechar y al que puede vérsele como lo que es: un cascarón vacío.

Oleusbus / Museo del Táchira 2013

Confrontar el concepto Patria al de Matria. La muestra pretende revisar esa concepción donde la madre naturaleza era la divinidad suprema tal como lo planteaban los pueblos originarios. Entender el concepto de lo femenino desde la naturaleza y desde lo divino. Desenterrar un paisaje olvidado en las profundidades, una mirada a las cavernas, entrañas de la tierra que según innumerables cosmogonías es de donde provenimos. El barro, lo telúrico, lo mineral, y las energías subyacentes en ese subsuelo por el que hemos perdido respeto y que ahora en tiempos de crisis ambiental y ante la voracidad de los sistemas de producción se constituye en urgencia. La toma de conciencia respecto a esa otredad de la que somos parte y a la que le debemos la vida: Pachamama, Gaia, Matria. La exposición consta de pinturas de mediano y pequeño formato realizadas con materiales minerales, tales como: tierras, arcillas, carbón, azufre, entre otros. El planteamiento está enmarcado dentro del arte matérico - abstracto y plantea desde el aspecto técnico un llamado de atención respecto a los pigmentos químicos industriales versus los pigmentos naturales.

Oleusbus

Oleusbus
vista general de la exposición / Museo del Táchira / Octubre-noviembre 2013

Oleusbus

Oleusbus
Vista general de la exposición / Museo del Táchira / Octubre-noviembre 2013